La mayoría de los proyectos buscan solucionar algún problema. Detectamos que algo no anda bien, o que se puede mejorar, y pensamos una manera de hacerlo.
Antes de llevarlo a cabo nos realizamos una serie de preguntas, por ejemplo, si vamos a construir una bicicleta nos preguntaremos si el usuario que la va usar andará por asfalto o caminos de tierra, si necesitara alternar las velocidades, si será niño, joven o adulto. Con toda esa información poder construir una bicicleta conforme a lo que necesita el usuario.
Estas preguntas parecen lógicas realizárselas, pero es habitual que no se den en el desarrollo de productos o servicios digitales, en primer lugar, por la creencia de que emplear tiempo y dinero en “pensar” es perder el tiempo y dilatar la puesta en producción de nuestra super idea.
Es muy común encontramos en el mercado gran cantidad de plataformas que tienen un exceso de funcionalidades, mala usabilidad, copys inentendibles, y puedo seguir sumando… Esto pasa por que en nuestra cabeza la solución a ese problema esta clarísima, sabemos que queremos y como hacerlo. Y cuanto más carburamos esa idea más cosas descubrimos que puede hacer nuestro producto/servicio y más funcionalidades le agregamos.
Pero la mayoría de estas plataformas duran poco tiempo, solo algunas sobreviven. Y es porque invirtieron todo lo que tenían en elaborar la super idea, y nunca se tomaron el tiempo de pensar y probar si la misma estaba bien encaminada.
Quienes siguen siendo competitivas en el mercado, es porque entendieron el valor de un MVP.
¿Qué es un MVP?
El MVP es el Producto Mínimo Viable, y nos es otra cosa que una versión de prueba de nuestro producto.
El o los MVP (por que puede que no solo tengamos uno) son pequeñas porciones de funcionalidades que liberamos para probarlas en grupos reducidos, con el fin de tener feedback rápido, a bajo costo, y de usuarios reales.
Desarrollar nuestra idea aplicando esta metodología nos permite probar el éxito de la misma, ahorrando tiempo, dinero y evitando fracasar en grande. Nos da la posibilidad de validar en el mercado real pequeñas porciones de valor para nuestros usuarios. Y muchas veces termina haciendo que nuestro producto final sea completamente diferente al que imaginamos
El MVP no es algo que hacemos una sola vez y listo, es una metodología de evolución contínua, por ejemplo:
Para Facebook su primer MVP fue una pequeña red social para la universidad de Harvard. Pero hoy en día siguen aplicándolo, es por eso que cada tanto vemos que a algún amigo “le cambió algo” y a nosotros no. Y mucho tiempo después nos cambia a nosotros también. Eso es por que nuestro amigo entro en el grupo de prueba de una MVP.
Ahora… ¿Cómo debo definirlo?
No hay una formula mágica para hacerlo, solo debemos procurar que en cada paso que demos estemos entregando valor a nuestros usuarios.
No obstante, debemos tener en cuenta algunas cosas:
- Conocer el público al que le estaremos solucionando el problema.
- Conocer el público que interactuará con nuestra plataforma (muchas veces no es el mismo que el primero).
- Saber que nos diferenciará de la competencia, y porque nos elegirán antes que a ellos.
- Definir que funciones serán esenciales para validar nuestra hipótesis.
- Determinar el tiempo de prueba.
- Saber que KPI utilizaremos para medir resultados.
- Estar dispuestos a tirar todo y empezar de nuevo.
Como recomendación para probar nuestro MVP, sugiero hacerlo en 2 fases:
- Fase Alfa: para probar nuestro Producto Mínimo Viable con un público más pequeño y controlado. Elegimos a las personas que participarán en la prueba.
- Fase Beta: donde los usuarios del producto o servicio simulan nuestra audiencia normal.
También existen frameworks que nos ayudan a descubrir nuestro MVP, como lo es Lean Inception, el cual poder conocer mejor en el post: Lean Inception: descubriendo nuestro producto sin mucho dolor de cabeza.